

Cuando la muerte se hace presente al tocar a una de nuestras gentes, la nostalgia se hace latente…
Billo kilo ya murió, pero su ejemplo quedó; sus hijos dicen no haberlo olvidado, y es que por tanto, a él lo han extrañado…
Eliseo Silvestre ha desaparecido físicamente; pero su recuerdo quedará latente, porque él fue de las gentes que en la verdad estuvo presente. Mercedes Mota y Aquilino Silvestre fueron los progenitores de Eliseo, tercero de 11 hermanos. Billo kilo estuvo unido en matrimonio con la señora Petronila Peguero Hernández durante 51 años; con ella procreo a sus hijos Daniel, Rafael, Nurys, Francisco, Mamita, Hipólito, Milagros Ramón Cesáreo y Monín. Con sus 51 años de vida conyugal el hizo reflejar que mucho se puede durar en unión matrimonial. El vivió una vida ejemplar, así lo llegan a manifestar quienes lo llegaron a tratar.
Eliseo Silvestre residió hasta el día de su muerte en la calle Génova No. 30 de Barrio Lindo en San Pedro de Macorís, -Lugar que vio crecer a sus hijos, los que en la mencionada calle de la casa 32, del indicado sector, durante muchos años mantuvieron la supremacía comercial a través del desaparecido colmado “Los Pavitos o Chulitos” (mote o apodo que se deriva del hecho de que esta familia a su llegada a San Pedro de Macorís en 1972, se dedicaron a elaborar chulitos de yuca para subsistir y a la crianza de pavos para sobrevivir). En su existir, Billo kilo fue agricultor, cañero, comerciante, quinielero, y después fue carnicero y también lechero. A pesar de tantos años trabajados ese señor nunca reflejó estar cansado; aún con 76 años, él se mostraba muy animado, creyéndose así descansado se extremó en trabajar hasta su vida segar.
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