Por Cesáreo Silvestre Peguero.
El título de este artículo parece uno más de esos anuncios en los cuales se publica la excarcelación de estafadores de cuello blanco, que con frecuencias salen de las cárceles impunemente. Es así, pese a estar implicados en actos de corrupción, tales como los del PEME, Plan Renove?, El Pepe-guey, la quiebra de los bancos y otros...

En República dominicana la mayoría de los palacios de” justicia” son mercados comunes, donde se compra y se vende el derecho de ser libre, con algunas excepciones…

Descongestionar las cárceles debe ser parte del adecentamiento y exhibición de progreso de la justicia dominicana. Es tiempo de que implementen tratos dignos a los detenidos, y entender que son seres humanos a pesar de las infracciones que por error hayan cometido.
Se contribuye mucho a la disolución social de una nación cuando se comprueba que la justicia no funciona en los casos de los que tienen poder, riquezas, e influencia social y mediática.

Parece ser que hay que enriquecerse como sea y a costa de quien sea. Y que quien lo logre también gozará de aceptación social, por vía de su dinero, y de impunidad.
En manos de los dirigentes de la sociedad dominicana está, pues, que nuestro país no profundice su degeneración moral. Sometiéndose ellos mismos al estado de derecho y al cumplimiento de la ley, podrán prevenir y combatir la disolución de la sociedad dominicana. Si no lo hacen, serán más responsables que los que, mal orientados por los ejemplos que le vienen de arriba, caigan en narcotráficos, pandillerismo, delincuencia organizada o individual. Si caemos en situación de inviabilidad social o en un “Estado Fallido” la culpa será del mal ejemplo de la clase gobernante.
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