Cuando no existen normas que establecen el proceder de actuar en el marco de la ética, no hay código moral que reglamente nuestra manera de actuar en sentido general.
A los Abogados, los siguientes elementos le pueden servir de fundamento, pudiéndolo usar como Instrumento conductual al momento de Practicar el derecho:
El conocimiento se trasforma constantemente; si no sigue sus pasos, serás cada día un poco menos abogado.
Piense: el derecho se aprende estudiando, pero se ejerce pensando.
Trabaje: la abogacía es una ardua fatiga puesta al servicio de la justicia.
Luche: tu deber es luchar por el derecho; pero el día que se encuentre en conflicto el derecho con la justicia: elija usted la justicia.
Sé leal: para con tu cliente. Al que no debes abandonar; al menos que comprendas que es indigno de ti.
Leal para con el adversario; aun cuando él sea desleal contigo.
Honesto: para con el juez, que ignora los hechos y debe confiar en lo que tú dices.
En el derecho, alguna que otra vez, debes confiar en quien tú invocas.
Tolerancia: tolera la verdad ajena en la misma medida en que quisieras que sea tolerada la tuya.
Ten fe: confía en el derecho como instrumento para la justicia, como vía normal para la solución de los conflictos.
Olvida: la abogacía es una batalla; no llene tu alma de rencor, o llegarás un día en el que la vida será imposible para ti. Concluido el combate: olvida tan pronto tú victoria, así como tu derrota.
Ama tu Profesión: trata de considerar la abogacía; de tal manera que el día que tu hijo te pida consejo sobre su destino, consideres un honor para ti proponerle que sea abogado.
No sólo los abogados necesitan actuar conforme a un código de ética que este internalizado en sus conciencias.
También los médicos, los ingenieros, los maestros, los periodistas y otros profesionales afectan grandemente a la sociedad cuando incurren en prácticas reñidas con el bien común y el honesto desempeño de sus ciencias y destrezas.
La vocación de servicios debe de estar presente en cada uno de los que emprenden la ardua tarea de la formación profesional.
Y la necesidad del bienestar personal y la del acenso social, no deben transformarse en una búsqueda de dinero a todas costas.
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